9 de mayo de 2018
Como cada año, nos reunimos la familia vicenciana para celebrar la fiesta en honor de Santa Luisa de Marillac, una mujer extraordinaria, adelantada a su época, que supo conjugar inteligencia, perseverancia, sentido práctico y un inmenso amor a Dios y a los pobres, que fueron la gran inspiración de su obra.
Sor Ma. Pilar López, HC, empezó puntualmente, a les 17,30 h., con el programa previsto con una interesante charla, con el título “La acción caritativo social en Santa Luisa”.
Se nos invitó a un recorrido por la vida de Santa Luisa, sus orígenes, la búsqueda de su vocación, el descubrimiento mutuo con San Vicente de Paúl, sus primeros trabajos que darían origen a las Cofradías de la Caridad y el nacimiento posterior de la Compañía de las Hijas de Caridad. Un solo carisma en dos personas santas, ”tocadas” por el amor divino.
A continuación, tomando como base el nº 8 del Decreto sobre el Apostolado de los laicos, del Concilio Vaticano II, puso en relación los distintos aspectos de dicho “programa” con las actuaciones de Luisa de Marillac en el campo de la acción caritativo-social. "
“Ver en el prójimo la imagen de Dios, según la cual ha sido creado, y a Cristo Señor, a quien en realidad se ofrece lo que al necesitado se da; respetar con la máxima delicadeza la dignidad y la libertad de la persona que recibe el auxilio; no manchar la pureza de intención con cualquier interés de propia utilidad o con el afán de dominar, cumplir antes que nada las exigencias de la justicia para no dar como ayuda de caridad lo que ya se debe por razón de justicia y organizar los auxilios de tal forma que quienes los reciban se vayan liberando”
Fueron de tal abasto el proyecto y la labor realizados por San Vicente y Santa Luisa, que, por más que se profundice en los escritos que nos dejaron siempre hay detalles a descubrir, que nos sorprenden por su actualidad y compromiso, nos aclaran dudas y nos sitúan ante la realidad a la cual nos enfrentamos, para dedicar el máximo esfuerzo a la supresión de las causas de los males y no sólo de sus efectos. “No puede haber caridad si no va acompañada de justicia”.
Se nos invitó a un recorrido por la vida de Santa Luisa, sus orígenes, la búsqueda de su vocación, el descubrimiento mutuo con San Vicente de Paúl, sus primeros trabajos que darían origen a las Cofradías de la Caridad y el nacimiento posterior de la Compañía de las Hijas de Caridad. Un solo carisma en dos personas santas, ”tocadas” por el amor divino.
A continuación, tomando como base el nº 8 del Decreto sobre el Apostolado de los laicos, del Concilio Vaticano II, puso en relación los distintos aspectos de dicho “programa” con las actuaciones de Luisa de Marillac en el campo de la acción caritativo-social. "
“Ver en el prójimo la imagen de Dios, según la cual ha sido creado, y a Cristo Señor, a quien en realidad se ofrece lo que al necesitado se da; respetar con la máxima delicadeza la dignidad y la libertad de la persona que recibe el auxilio; no manchar la pureza de intención con cualquier interés de propia utilidad o con el afán de dominar, cumplir antes que nada las exigencias de la justicia para no dar como ayuda de caridad lo que ya se debe por razón de justicia y organizar los auxilios de tal forma que quienes los reciban se vayan liberando”
Fueron de tal abasto el proyecto y la labor realizados por San Vicente y Santa Luisa, que, por más que se profundice en los escritos que nos dejaron siempre hay detalles a descubrir, que nos sorprenden por su actualidad y compromiso, nos aclaran dudas y nos sitúan ante la realidad a la cual nos enfrentamos, para dedicar el máximo esfuerzo a la supresión de las causas de los males y no sólo de sus efectos. “No puede haber caridad si no va acompañada de justicia”.
A las 19 h. celebramos la Eucaristía, dando gracias a Dios por el modelo que nos facilitó en la persona de Santa Luisa, por su carisma y su legado.
Concluimos la celebración con una merienda fraternal, que contribuyó a reforzar los lazos que nos unen, como gran familia vicenciana.
Gemma Casanovas AIC
Grupo Santo Angel de Hostafrancs
FIESTA DE STA. LUISA DE MARILLAC DENTRO DE LA CELEBRACIÓN DE LOS 400 AÑOS DEL CARISMA VICENCIANO
El martes 9 de mayo de 2017, en la solemnidad de Santa Luísa de Marillac, nos reunimos en la Parroquia de San Severo y San Vicente de Paúl de Barcelona para festejar y reconocer en esta gran mujer. Todos los que integramos la familia vicenciana somos deudores de sus importantes y amorosas aportaciones: la misión compartida con San Vicente de Paúl, la formación de líderes, como lo fueron las voluntarias de la caridad, y su entrega incondicional al servicio de los más necesidades.
En este año que celebramos con gozo los 400 años del carisma vicenciano, nos sentimos llenos de orgullo, pero también de una enorme responsabilidad, por su ejemplo de vida. Le pedimos que continúe iluminando y transformando nuestros corazones para poner nuestra firme mirada en los más desfavorecidos de la sociedad y poder acompañarlos con audacia y coraje por el camino de la justicia y del amor que merecen. Con su guía luminosa queremos hacer cada día realidad el lema de nuestro 400 aniversario, “fui forastero y me acogisteis”.Gracias Luisa!
Celebración de La Solemnidad
de Santa Luisa de Marillac.
Barcelona 9 - 5 - 2016
El P. Gregory Gay CM, Superior General, en una carta nos explicaba, el día 3 de febrero, el motivo por el cual se había cambiado la fecha de la celebración de santa Luisa: “La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos pidió revisar nuestro calendario litúrgico a tenor de las nuevas normas. El Procurador General, P. Shijo Kanjirathamkunnel, asumió esta tarea y presentó la lista de nuestras fiestas litúrgicas a dicha Congregación. Después se nos pidió que consideráramos cambiar la fiesta de Santa Luisa de Marillac, porque siempre cae en Cuaresma y es preferible no celebrar solemnidades durante ese tiempo litúrgico”.
La Asociación Internacional de Caridades (AIC) cada año invita a todos los miembros de la Familia Vicenciana a la celebración litúrgica y a un pequeño piscolabis como colofón del día.
La fiesta llenó nuestro corazón de alegría, el sol estuvo todo el día escondido detrás de las nubes, éstas nos regalaron una suave y constante lluvia.
A las 7 de la tarde nos encontramos todas aquellas personas que pudimos acudir a la fiesta; miembros de la AIC de los diversos grupos, Hijas de la Caridad, Paúles y parroquianos. Nos acompañaron, también, un grupo de jóvenes, algunos de JMV, con sus guitarras, dando un colorido impresionante a la celebración.
Dos señoras de la AIC, Isabel Toribio y Francisca Bautista, del grupo del Sant Àngel Custodi de Hostafranchs y del Interparroquial de Provenza, respectivamente, recibieron la insignia de la Asociación, con lo cual fueron aceptadas oficialmente a la misma, ratificando su compromiso.
El P. José Ignacio Caamaño, director de las Hijas de la Caridad de la Provincia canónica de Barcelona presidió la Eucaristía junto con el Superior de la casa, P José Luís López, CM, el Párroco P. Fausto Leonardo, CM, y otros cohermanos.
En la homilía, el Padre nos acercó a las virtudes personales de Sta. Luisa y la necesidad de conocer su vida y virtudes, para servir a las personas en situación de pobreza, con la misma delicadeza, ternura y creatividad con que lo hizo ella. Es necesario que conozcamos más y mejor a Santa Luisa, porque cuanto más la conozcamos, más nos acercaremos a su vida y mejor viviremos su espiritualidad. Nos dijo también que: “Su vida y experiencia deben ser un estímulo permanente y constante para nosotros. Su testimonio es una llamada vivir a fondo, con la luz y fuerza del Espíritu, nuestro compromiso cristiano con un estilo propio y con el convencimiento de querer responder a la llamada que Dios hace a todo aquel que se deja interpelar por los acontecimientos y las situaciones que nos rodean.”
Finalizamos la fiesta con una alegre convivencia de la Familia Vicenciana, en donde todos los miembros pudimos, comunicarnos al tiempo que compartíamos un sabroso refrigerio.
Sor Mercedes Toribio HC
(Asesora Regional AIC)
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